Una conversación con Marcus Rashford, futbolista, activista político y filántropo que impulsa los cambios sociales. Muchos nos conformaríamos con hacer realidad nuestros sueños, pero Marcus quiere dar a todos los niños una oportunidad para soñar. Animó al gobierno británico a continuar emitiendo cupones de alimentos cuando empezó el COVID-19, ha levantado un debate apasionado en el parlamento y aspira a un objetivo de mayor calado: acabar con la pobreza alimentaria infantil en Reino Unido.
¿Cuál es el objetivo principal de tus iniciativas?
Me he criado en una zona donde la gente necesita a veces que le echen una mano. En el caso de los niños, cuando les ayudamos un poquito, ganan en iniciativa y en determinación, y se sienten preparados para conseguir cosas que en ese momento quizás no les parezcan alcanzables. Quiero que un día sean mejores líderes y, al fin y al cabo, mejores personas. Por mi parte, quiero ver que cada vez más jóvenes de este país triunfan en la vida.
¿Siempre quisiste hacer algo así? ¿Ayudar a la gente?
Sí, desde que era niño, desde siempre. Hay muchas personas con talento que no llegan a tener una oportunidad. Y yo siempre me preguntaba si su vida sería diferente si hubieran tenido una oportunidad. Para ser sincero, tal y como lo veo ahora, creo que podrían haber llegado hasta donde hubieran querido. Siempre he pensado que si alguna vez llegaba a una posición desde la que pudiera ayudar a la gente, no me lo pensaría. No creo que eso sea algo que vaya a cambiar, sinceramente, solo quiero darles la mejor oportunidad posible para que lleguen a ser lo que quieran ser.
¿Qué significa dejar un mundo mejor para los que vienen detrás?
Hemos avanzado mucho desde que yo era niño, hemos dado muchos pasos adelante. Para mí, se trata de cómo les transmitimos este tipo de conocimientos y les demostramos cuántas cosas pueden solucionar, para que les sirva de ejemplo de lo que pueden hacer. Creo que las generaciones más jóvenes son muy listas y seguro que cambian cosas que hemos hecho nosotros para mejorarlas. Necesitamos darles una referencia, unas directrices, y que empiecen cuando antes para que puedan expresarse.
¿Qué le aconsejarías a cualquier persona que quiera convertirse en un agente del cambio?
El mejor consejo que puedo darle es que encuentre algo que le apasione, algo que le llegue al corazón, y que, una vez que lo encuentre, se entregue a fondo sin temer a lo que puedan pensar los demás si haces determinadas cosas. Toda esta campaña que estoy haciendo se puso en marcha con esa mentalidad y con esa actitud.
“Si crees en algo, nadie puede decirte que lo que quieres hacer está mal”.
Y creo que yo soy un ejemplo de eso. Quiero que la gente se esfuerce para ser lo mejor que puedan ser. Quiero que la gente vea que todo es posible, no importa de dónde vienes ni por dónde empiezas. Así sí que se pueden hacer cambios grandes.
¿Qué cambios te gustaría ver hacerse realidad en los próximos 10 años?
Empecé con esto porque quería crear una plataforma estable que diera a los niños la oportunidad de llegar a ser grandes. Me gustaría que todo esto estuviera ya resuelto dentro de 10 años, y que los niños dispongan de las oportunidades que merecen, independientemente del lugar del que procedan. Hemos dado muchos pasos en la dirección adecuada; esto no quiere decir que todo vaya a salir perfecto, porque seguro que no va a ser así. Hay que crear plataformas para que los niños progresen y lleguen a hacer cosas importantes.
Si pudieras retroceder unos años en el tiempo, ¿qué consejos te darías a ti mismo?
Ya tenía un sueño cuando era más joven, y estaba deseando hacerlo realidad con todas mis ganas. Seguro que me diría que siguiera haciendo lo que ya estaba haciendo, y que tuviera la convicción de que las cosas van a mejorar y cambiar. Tuve mucha suerte, porque el fútbol me sirvió para tener un objetivo en el que trabajar cada día. Porque, si no hubiera sido así, hoy mi historia sería muy diferente.