Pronombres: él/ella/ellos/ellas
En esta temporada del Orgullo, rendimos tributo a los activistas, pasados, presentes y futuros, que se pronuncian a favor de la liberación queer y la igualdad de derechos. Uno de los principales defensores es Alex Locust, consejero/a de rehabilitación habilitado/a y glamputee sin complejos dedicado a crear conciencia sobre la justicia de la discapacidad, un taller a la vez.
Nos gustaría conocerte mejor.
Soy glamputee queer, de raza negra y biracial, apasionado/a por celebrar y llevar el movimiento de justicia de la discapacidad lo más lejos que pueda. Creo fervientemente en las palabras de Grace Lee Boggs: “Transfórmate para transformar el mundo”. Tengo muchas cosas que desaprender y sanar, y quiero compartirlo a través de Instagram, podcasts u oportunidades como esta, para ayudar a las personas a entender que no me levanté un día con una mente fuerte, informada y crítica. Hace falta mucho esfuerzo y tiempo, además de sanación, lágrimas y dolor para llegar a este punto. Quiero invitar a las personas a participar en este proceso, para que entiendan que es un modelo posible en su propio trabajo personal. Al final, si la liberación queer, si toda nuestra liberación, no incluye la discapacidad, no es una liberación real.
¿Qué significa “glamputee” para ti?
Para mí, glamputee es como mi alter ego superhéroe, la persona que aspiro ser, una llamada personal a la acción. Como ocurre en las películas, cuando tu yo futuro se te acerca para darte consejos y decirte que todo va a ir bien. Así es como yo experimento el ser glamputee.
Ser glamputee es una proclamación: tengo un miembro amputado. Soy una persona queer de color. Soy fabuloso/a. Vamos a pasarlo muy bien, pero no me estoy olvidando del trabajo necesario para luchar contra la opresión y la liberación. Con frecuencia, la discapacidad es borrada o hecha invisible de manera deliberada. No quiero que digas: “Alex hizo un gran trabajo” y dejar fuera mi identidad. No. Soy discapacitado/a y tengo talento. Soy discapacitado/a y provocador/a. Puedo ser todo eso, sin fragmentación.
¿Cómo describirías tu estilo personal?
Mi estilo es muy femenino y poco masculino. Tengo pelo, tengo bigote. Tengo todo eso, pero también me encanta la delicadeza, las transparencias y las texturas. Me encanta el flirteo, un escote, un top corto o una prenda de malla. Como persona amputada, hay formas en que mi cuerpo puede ser desexualizado, así que disfruto mostrando la parte superior de mi cuerpo que está en buena forma por tener que levantarme todo el tiempo. También me gusta mostrar mi pierna, porque se ve bien y la uso todo el tiempo..
Yo creo en el maximalismo queer. Piensa en los fuertes color la década de los 80, las hombreras y las chaquetas cortas. A veces soy una bruja y la mayoría de las veces, mariquita. Me podrás ver en un atuendo totalmente rosa o con un look monocromático. Sí. Sé que me encanta ir combinado/a y lo hago siempre. Más es más.
¿Cómo te convertiste en activista?
Es gracioso. Creo que muchas de las personas marginalizadas son activistas de maneras que no se dan cuenta. Habiendo nacido con una discapacidad, he tenido que defenderme yo solo/a toda la vida. Aprendí muy pronto que si quería satisfacer mis necesidades como persona discapacitada, tenía que defenderlas por mí mismo/a. Más tarde en la universidad, colaboré con un compañero de clase que estaba dando formación sobre sensibilidad y creación de conciencia sobre la discapacidad. Fue una revelación darme cuenta de que todas las cosas que hago a diario por los demás de forma gratuita, las podía hacer profesionalmente.
¿Alguna otra fuente de inspiración?
Las 504 protestas en San Francisco, donde las personas con discapacidad fueron los transformadores de políticas, defensores políticos y superhéroes que allanaron el camino de la ADA (Ley para Estadounidenses con Discapacidades). Fue una campana que ya no se podía detener; yo no podía saber que esas personas habían luchado por esos derechos y continuar como si nada. Comencé a aprender más sobre las personas más radicales, como las de Sins Invalid, que son personas discapacitadas negras, de color e indígenas con actividad sexual que utilizan su arte como forma de resistencia. El trabajo de este grupo me demostró que no solo debo quedarme sentado/a y enseñar: puedo crear, puedo hacer cosas. Desde entonces, me he abierto a más oportunidades en mi espacio de crecimiento a la espera de que alguien me vea como modelo de posibilidad.
Estamos enamorados de tu plataforma Sippin’ Saturdays, tanto que te hemos invitado a ser el anfitrión de una sesión especial para la campaña del Orgullo de Levi’s de este año. ¿Cuál es el concepto tras tu plataforma Sippin’ Saturdays?
El año pasado vi a Luis Alejandro Tapia en una charla en Instagram Live sobre la Estrategia Emergente de Adrienne Maree Brown, en torno a unas copas de vino. Fue increíble ver a dos personas de color hablar sobre este texto de una manera informal, algo que siento falta sobre la discapacidad. No fue como una clase, realmente me llegó muy de cerca y me llevó a explorar cómo podía adaptar el formato a mi trabajo.
¡Es tan atractivo!
Me di cuenta de que cuando hablo sobre discapacidad, aparecen muros y la gente se pone tensa. Todos se preocupan de no decir nada incorrecto y así se perpetua el estigma. Pero al utilizar las pasiones del otro como punto de partida, ya sea en el mundo de la moda, medioambiente, traumas o sanación, puedo reflexionar sobre lo que estoy escuchando y ofrecer formas de justicia de la discapacidad en lo que han compartido o de formas en que se podrían incluir. Así que ahora estamos haciendo una labor solidaria entre distintos movimientos. Juntos, estamos tejiendo un trabajo basado en la humildad. No tengo ningún guion, ni pretendo saberlo todo. Es una conversación. Podríamos hablar con unas bebidas. O en una fiesta a las 2 de la mañana. Podemos divertirnos. Podemos no saber.
Muy bien, vamos a suponer que estamos en una fiesta a las 2 de la mañana, hablando informalmente; ¿cuál es el punto de intersección entre la discapacidad y la transexualidad?
Yo creo que la discapacidad es un elemento extraño del cuerpo. Asumimos que todas las relaciones cuerpo-mente son “normales”, pero está claro que la normalidad es la discapacidad. Me encanta la rareza como metáfora para desafiar la presunción de que todos los cuerpos y relaciones cuerpo-mente son de una manera. Las personas cuyos cuerpos desafían las presunciones en realidad están más liberadas. Pero esa liberación en realidad está al alcance de todos.
Me encanta reflexionar sobre esto porque lo siento muy cercano a mi propia experiencia. Crecí sintiendo que mi discapacidad era lo más importante de mi identidad. No estaba realmente conectado con mi rareza, de la forma en que lo estoy ahora, así que experimentaba cómo me veía y me trataba el mundo como persona con discapacidad. Eso me enseñó mucho sobre que la gente te mirara fijamente, experimentar microagresiones, utilizar sistemas que no están realmente diseñados para ti, espacios que son hostiles o violentos. Me enseñó también mucho sobre la adaptabilidad, la resiliencia y el crear una comunidad en torno al apoyo y al cuidado.
El pasar de estar escondido/a y confundido/a, a gay y a queer, entre los 18 y los 27 años ha sido todo un recorrido. Cuando comencé a reconocer más mi identidad sexual, me sentía tremendamente incómodo/a en mi cuerpo y no quería abordar mi discapacidad. Mi rareza salía y se ponía en un primer plano. El adoptar un sentido de pertenencia y de orgullo por mi discapacidad, por mi rareza, como espacio de abundancia, de fluidez y de espectro, me ha ayudado a percibir mi discapacidad como un valor y una contribución cultural, no como un déficit.
Hablemos de la discapacidad y la moda.
Mucho de la discapacidad es clínico y se centra en la funcionalidad. El único momento en que se invita a las personas con discapacidad a participar en charlas es cuando algo no está bien, como cuando intentamos crear un zapato que puedes atar sin utilizar las manos o doblar los dedos. Esto es muy importante, pero si solo incluimos a las personas con discapacidad cuando pensamos en algo que falta, no estamos considerando las oportunidades que brindan las discapacidades como fuerza generadora y creativa que expande y hace avanzar la forma en que pensamos sobre la relación cuerpo-mente. Si no incluyes a las personas con discapacidad, ¿realmente puedes decir que tu moda es innovadora?
Cuando llevaba una prótesis, la podías decorar con tejidos de efecto piel, para que no pareciera piel. Un amigo me trajo un tejido con gatos espaciales, así que me divertí durante un tiempo con mi prótesis espacial. Otra vez, para una película de baile, me puse un mono de color rojo frambuesa con unos flecos colgando sobre mis muletas que creaban algo así como una cola ondulada. Hay una cierta negatividad cuando llevo pantalones cortos, así que decidí colocar unos flecos a la izquierda, para tener ese adorno colgando que hacía un sonido que otras personas no podían hacer. Si tienes dos piernas, no puedes hacer este tipo de cosas. Yo puedo hacer cosas que otros no pueden. Hay oportunidades de elevar la discapacidad y la moda para que sean artísticas y vanguardistas, que traten sobre la expresión y no el consumo. ¿Por qué no lo abordamos?
¿De qué manera te informa la intersección de identidades cómo actuar en el mundo?
Muchas identidades se sienten fluidas, dependiendo del contexto. A veces, alguien me percibe como obviamente con una discapacidad: me falta un miembro, de eso no hay duda. Pero si hacemos una videollamada, no te darías cuenta a menos que te lo diga. Como me puedo levantar y caminar, la gente de mi entorno puede olvidar considerar cómo puede esta situación influirme físicamente o las microagresiones que experimento.
Lo mismo ocurre con mi color de piel. La mayoría de las personas no perciben que tengo antepasados de raza negra, así que no tengo que preocuparme de poder experimentar violencia policial. No tengo que preocuparme porque la gente haga comentarios racistas. Pero igualmente existe el trauma intergeneracional. Es doloroso sentir que tengo que convencer a las personas que están en mi vida de que mi color de piel me influye y por qué estas cosas afectan mi espíritu.
Del mismo modo, si no me pinto las uñas o me visto de manera extravagante, las personas me pueden considerar como un hombre heterosexual cis. Es un privilegio ser capaz de fundirme en el entorno si no quiero experimentar violencia manifiesta, pero siempre está ese elemento de borrar mi autenticidad y sentir como si tuviera que hacer malabarismos para actuar en la sociedad.
Estas tres identidades son una señal para mí. Sentir que ninguna es reconocida o entendida por la sociedad y la cultura puede ser extremadamente doloroso y hacerme sentir solo/a. Pero me da fuerza para recordar que aunque me enfrente a dificultades, hay personas que están en el extremo más duro de la injusticia.
¿Cómo incitas al cambio en tu día a día?
Detengo el capacitismo dondequiera y siempre que puedo. Parte de mí siente que soy un aguafiestas al parar a las personas y pedirles que no digan “estúpido” o “loco”. Prefiero ser un aguafiestas y no soportar esos momentos. En realidad, no eres un aguafiestas, estás parando la opresión. Yo quiero ser un aguafiestas. Voy a hacerme escuchar cuando algo sea ofensivo o que alguien utilice lenguaje que no sea inclusivo. Acepta tu aguafiestas interno.
¿Cómo se puede incorporar un marco de discapacidad en las comunidades queer y las prácticas activistas?
Las personas queer discapacitadas forman parte de la comunidad, punto. Abordar las necesidades de acceso y crear espacios accesibles debería ser el trabajo preliminar. Al incorporar estas conversaciones a la forma en que nos reunimos como comunidad, le quitamos a las personas con discapacidad el trabajo de hacer cumplir sus necesidades de acceso, creando un modelo para otros y preparando el terreno para que una realidad donde la relación cuerpo-mente y las necesidades de acceso necesitan cambiar.
Tenemos que asegurarnos de que cuando creemos un espacio, organicemos una reunión o una demostración, nos centramos en las necesidades de los más marginados, no por pena, caridad u obligación, sino por amor, la alegría, la celebración y la gratitud por la forma en que los miembros queer discapacitados de nuestra comunidad están aportando mayor complejidad, matices, sostenibilidad y muchas más cosas a la liberación queer.
Son tantas las formas en que podemos unirnos para celebrar el trabajo que las mujeres transexuales negras hicieron durante años para oponerse a la opresión. Quiero que celebremos de una manera que no sea jerárquica, en la que la fiesta no sea el pináculo, sino una opción.
¿Podrías nombrar algún antepasado cuyo trabajo te gustaría continuar?
Ellis Haizlip, el creador de Soul, un programa de los sesenta en el que se celebraba abiertamente el arte negro. Eso es a lo que aspiro con Sippin’ Saturdays and Spill the Disabili-Tea. El unió a la gente, tanto en la audiencia, como al país, e hizo que apreciaran el arte negro. Él fue el productor, director, representante, pero lo más importante es que los artistas eran el centro de todo. Yo quiero utilizar el privilegio que tengo para crear ese espacio para ellos. Quiero hacer lo que Ellis hizo y ponerlos en un primer plano.
También está Mama Cax, una modelo negra discapacitada y activista de los derechos de las personas con discapacidad. Llevaba prótesis y muletas y exteriorizaba con orgullo su persona. Yo estaba enamorado/a de su presencia y de la relación que había establecido con su cuerpo, que es a la que aspiro.
Stacy Milberne Park fue un modelo de activismo desde su casa y fue clave en los esfuerzos de ayuda para proporcionar recursos a las personas con discapacidad durante los incendios de California, algo que hizo mientras se enfrentaba a múltiples discapacidades y otros retos. Estuvo realmente presente e inspiró a las personas por su gran corazón y amor.
Aún tenemos un largo camino por delante, pero mucho de lo que tenemos hoy en día supera los mayores sueños de nuestros ancestros queer. ¿Cuáles son tus mayores sueños de liberación para la comunidad queer?
Yo quiero ver a bailarines y bailarinas artistas, actores y drag queens con discapacidad en el lugar de honor en el Orgullo. Quiero que dejemos atrás la idea de que el Orgullo solo sea en junio. Quiero que las personas negras, de color e indígenas con discapacidad, queer de nuestra comunidad se sientan reconocidas durante todo el año. No somos una ocurrencia tardía, no somos personas a las que incluyes porque debas hacerlo, sino porque formamos parte de tu comunidad y te encanta que estemos allí.
Estoy seguro/a de que la gente lo ha escuchado muchas veces, pero lo voy a decir de nuevo: el Orgullo no solo es una fiesta. No solo tiene que ser ir de bares. El Orgullo puede ser una aplicación. El Orgullo puede ser una fiesta de abrazos para personas queer con discapacidad. El Orgullo puede ser una celebración en una revista. El Orgullo puede ser una campaña de redacción de cartas. El Orgullo puede ser un mercadillo de artesanía. Son tantas las maneras en que podemos unirnos para celebrar el trabajo que las mujeres transexuales de color hicieron durante años para oponerse a la opresión. Quiero que celebremos de una manera no jerárquica, donde la fiesta no sea el pináculo, sino una opción. Eso es lo que deseo para el futuro de nuestra liberación queer porque si no incluye la justicia para la discapacidad, no es la referencia que debiéramos seguir.
Y cómo punto final, ¿qué legado te gustaría dejar?
Yo quiero dejar un legado de expresión personal y de arte que sea totalmente queer, negro, discapacitado, alegre y fundamentado en el placer. En todo lo que toco y todo lo que creo, quiero que la gente vea que incluso cuando es arduo o complejo, me estoy divirtiendo y me siento agradecido/a. Espero y tengo fe en que mi legado sea el del espíritu comunitario con muchas personas haciendo un trabajo similar. Espero verme en una constelación de estrellas de bebés transexuales y gordos, de sanadores indígenas increíbles y radicales negros. Quiero que sea evidente que estas personas están en mi comunidad y que mi vida no sería la misma sin ellas. Estas personas me estimulan y me nutren, y son personas en las que yo también me vuelco. Somos una comunidad por muchas razones, pero al final, es el producto de nuestro deseo de crear un mundo más justo: uno en el que la gente que venga detrás pueda continuar progresando, un mundo en el que estamos corrigiendo nuestra relación con la Madre Tierra y sanando todo el daño que hemos hecho a nuestro planeta y a cada uno de nosotros.
Esta entrevista ha sido editada para hacerla más concisa y clara.