En nuestra serie de entrevistas más reciente, te presentamos a las personas que más nos inspiran: creativos, educadores, activistas, líderes de comunidades y los superhumanos del día a día que hacen que estemos siempre alerta. Exploraremos su rutina diaria, sus casas y lugares de trabajo. Hablaremos sobre motivación e inspiración, y por supuesto, sobre estilo.
Conoce a ABIR, una cantante nacida en Marruecos, criada en Virginia y realizada en Nueva York con un estilo de canto (y para la moda) único; y nuestra musa del mes de enero. Cuando nos pusimos al día con ABIR, había pasado un año desde el lanzamiento de su EP, HEAT, y tenía muchas ganas de crear su muy esperado primer álbum, que se lanzará esta primavera. Si hay algo que podemos esperar de la compilación lírica, es una efusión de pasión similar, si no más poderosa, a la que sentimos que emanaba de la pantalla del ordenador el día de la entrevista. Un afán por experimentar, explorar y exultar la vida a través de la música.
Sigue leyendo para conocer mejor a ABIR en sus propias palabras.
Vengo de Marruecos. Me crie en los Estados Unidos. Tengo esa base central de quién soy y cuál es mi cultura y mi religión.
¿Cuándo vino tu familia a los Estados Unidos y cómo fue esa transición para ti?
Nací en Fez y tenía unos seis años cuando mi familia decidió mudarse a los Estados Unidos. Nos mudamos a Washington DC el primer año. Luego, una vez que nos instalamos, nos mudamos a Arlington, Virginia (mis hermanas, yo, mi madre y mi padre) y he pasado casi toda mi vida allí.
Al principio no hablaba nada de inglés. Ni una sola palabra. Hablaba francés, que ahora, irónicamente, ya no hablo. Tardé un par de años, pero aprendí inglés e hice amigos y simplemente me adapté. Fui al colegio en Virginia. Fui a la universidad en Virginia. No fue hasta mi último año de universidad cuando decidí apuntarme a la mayoría de las clases en línea y alquilar un apartamento en Nueva York. Ni si quiera se lo dije a mis padres. Simplemente lo hice.
Un día decidí que en realidad se me da bien esto. Así que empecé a vivirlo.
¿Cómo empezaste con la música?
Eso realmente se lo atribuyo a mi padre y hablo del tema todo el tiempo. Mi padre tenía una empresa de limusinas y muchos álbumes, y los ponía en el coche cada vez que me recogía del colegio. Me sumergí en la música. Siempre estaba cantando. Siempre estaba bailando. Siempre intentaba imitar a los artistas que estaba escuchando. Y un día decidí que en realidad se me da bien esto. Así que empecé a vivirlo: de niña solo podía pensar en la música. Iba a programas de talento. Cantaba en diferentes sitios, iba a ferias del condado, partidos de baloncesto, en cualquier sitio que me dejaran cantar.
Siempre buscaba ese momento en el que pudiera aprovechar mi premonición y saber cómo dar vida a la música.
Tu EP HEAT tiene influencias del norte de África. La parte visual también se grabó en Marruecos. ¿Por qué fue importante para ti incluir esos elementos?
La primera conversación que tuve con mi manager cuando nos conocimos fue sobre Marruecos. Siempre buscaba ese momento en el que pudiera aprovechar mi intuición y saber cómo dar vida a la música de la forma en la que la escucho en mi cabeza. Y no fue hasta hace dos años cuando realmente me comprometí con el proyecto. Hubo un proceso largo para averiguar quiénes serían los colaboradores adecuados para ayudar a darle vida, hacer que las imágenes se materializaran y ayudarme a contar mi historia de una manera en la que solo yo puedo hacerlo.
Me siento tan cercana a eso porque la mayoría de la gente, y cuando digo la mayoría, me refiero al mundo entero, cuando piensa en la mujer árabe, no piensa en soñadoras fuertes y empoderadas. Piensan en una persona oprimida y cubierta. Piensan como un resultado de búsqueda de una imagen en Google. Eso me inspiró más porque mi camino ha sido muy único. Vengo de Marruecos. Me crie en los Estados Unidos. Tengo esa base central de quién soy y cuál es mi cultura y mi religión. Pero tengo una perspectiva diferente. Creo que esas dos experiencias diferentes han ayudado a darle a forma a la soñadora que hay en mí. No me veía representada en el mundo de la música, así que me expuse y espero que ayude a otras personas a exponerse también. Cree en que el mundo está preparado para ti.
Cómo te vistes dice mucho más de ti de lo que lo hacen tu apariencia o tus expresiones faciales.
¿Cómo mantienes el contacto con tus raíces marroquíes mientras vives en los Estados Unidos?
Es gracioso porque nunca me sentí desconectada de niña. De alguna manera siempre estábamos conectados a Marruecos. Ya fuera yendo en verano o hablando con familiares todo el tiempo, mi madre cocinando en casa y mi padre tocando música de nuestro país. Celebraban todas nuestras tradiciones y se aseguraban de que nuestra cultura floreciese en nuestra casa.
Nunca me sentí lejos hasta que cumplí 18 años, cuando volví a Marruecos con mi madre. Era probablemente mi quinto viaje desde que nos fuimos y fue simplemente… diferente. Creo que por fin me di cuenta que mi vida podría haber sido completamente diferente. Estoy agradecida por la vida que tengo, pero por primera vez también me pregunté qué me había perdido.
Ha sido agradable poder volver ahora, a los 26 años, y saber que me quedan muchos años de vida, si Dios quiere, para seguir explorando este lugar que creo que es mi hogar. Quiero conocer el lugar en el que nací. Quiero conocer mi cultura, mi gente, la música, la comida. Quiero seguir aprendiendo su historia. Siempre estoy investigando para conocerme mejor a mi misma porque al conocerme a mí misma, estoy aprendiendo mucho sobre mi país, mi cultura e incluso mi religión.
¿Cómo influencian tu estilo tus diferentes identidades e historias?
Creo que Nueva York definitivamente está detrás de mi estilo. En Nueva York todo el mundo tiene su propio estilo único. Recuerdo volver a casa tras un año viviendo en Nueva York con un armario completamente nuevo. Mi madre me preguntó que qué llevaba puesto. Pero en Nueva York caminas por la calle y a gente probablemente piensa que vas muy guay. ¿Sabes? Así que venir a Nueva York me ayudó a descubrir mi estilo y a entender qué me gusta ponerme, cómo me siento cuando llevo algo cómodo o sexy. Cómo te vistes dice mucho más de ti de lo que lo hacen tu apariencia o tus expresiones faciales. Y ahora, en este momento de mi vida, siempre intento ponerme algo que haga que me sienta super segura.
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No hay una sola musa en particular. Siempre cambia con cada día que pasa. O quizás sea mi imaginación.
¿Quién o qué es tu musa?
Bueno, muchas cosas. Puede que conozca a alguien, o vea a alguien. No tengo por qué conocer a esa persona ni haber hablado con ella. Simplemente respeto enormemente su porte. Podría ser simplemente toparse con alguien en un supermercado en Iowa, y fijarme en cómo cogen una caja de cereales, con convicción. Así que no hay una sola musa en particular. Siempre cambia con cada día que pasa. O quizás sea mi imaginación.