LEVI’S® MONTHLY MUSE

Lydia Okello

Comunidad
julio de 2021

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En esta serie de entrevistas, te presentamos a las personas que más nos inspiran: creativas, educadoras, activistas, líderes de comunidades y los superhumanos del día a día que hacen que estemos siempre alerta. Exploraremos su rutina diaria, sus casas y lugares de trabajo. Hablaremos sobre motivación e inspiración, y por supuesto, sobre estilo.

Conoce a nuestra última musa del mes: Lydia Okello, modelo, escritora y creadora de contenidos. A través de su plataforma, da voz a personas simbolizadas por los medios convencionales y empodera a otras para que se expresen a través de la moda. Nos despedimos de ella habiendo aprendido mucho sobre la aceptación, tanto de nosotros mismos como de los demás, y sintiéndonos un poco más completos. Esperamos que tú también.

Portrait of Lydia Okello.Portrait of Lydia Okello.

Probablemente tienes más cosas en común con la gente de lo que piensas, porque las personas no pueden reducirse a un solo adjetivo

¿Cómo llegaste al mundo de la moda?

Llevo trabajando en el sector en diferentes puestos desde los 15 años. Me crie en una ciudad pequeña y trabajé en la tienda más guay del centro comercial cuando era adolescente. Incluso antes de eso, me interesaba la historia de la moda y leía todas las revistas y libros que caían en mis manos, así que ya estaba bastante inmersa en el tema como consumidora de moda. En 2008, puse en marcha Style is Style, que desde entonces ha evolucionado en varias redes sociales. En general, en mi pueblo la gente no tenía tanto interés en la moda, así que fue emocionante encontrar una comunidad de personas que entendían mi amor por la moda, y me entendían a mí. En aquel momento, sólo era un lugar para compartir mis ideas, hablar con amigos y disfrutar de las últimas colecciones. No tenía ni idea de que estaría haciendo esto 13 años después.

Portrait of Lydia Okello working on their laptop in their home.

¿A dónde te ha llevado tu carrera profesional?

Ahora soy modelo, escritora y creadora de contenido trabajando desde Vancouver, Columbia Británica, que está en Canadá, en la tierra de los Unceded Musqueam, Squamish y Tsleil-Waututh. Como persona de talla grande, para mí es muy importante crear una mayor accesibilidad en el sector para que la gente de diferentes tallas pueda llevar la ropa que realmente le gusta, y no sólo la que está disponible para ellos. En mi trabajo, también exploro la intersección entre la moda, la sostenibilidad y la ética.


Me encanta la fantasía y el escapismo de la alta costura, pero lo que más me gusta es contar historias a través de la ropa. Así que me encanta empoderar a otros para que se expresen de esa forma, porque creo que es algo que todos nos merecemos.



Portrait of Lydia Okello working on their laptop in their home.

En este sentido, ¿qué consejo le darías a alguien que esté descubriendo su propio estilo?

Ponte lo que quieras. Por mucho que te preocupe parecer idiota o no encajar, es ropa. Puedes quitártela si no te gusta. Tener una actitud desenfadada es la clave. Me he puesto muchas prendas que no volvería a ponerme. Pero no pasa nada. Estaba descubriendo si me gustaba o no. Me alegro de haberme sentido lo suficientemente cómoda para hacerlo. A nadie le importa lo que hagas tanto como crees, así que no debes reprimirte.

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“Muchas industrias sacan provecho de que te sientas infeliz con tu cuerpo. La aceptación es un acto revolucionario”.

Es un buen recordatorio de que los demás no te están escudriñando como lo haces tú misma. Tienen mejores cosas que hacer.

Probablemente estén ocupados escudriñándose a sí mismos. Porque es una mentalidad en la que todos caemos. Sean cuales sean tus mayores preocupaciones, ya sea “¿Me va a mirar todo el mundo?” o “No estoy segura de que me quede bien”, tienes que saber que no es tan profundo. Simplemente no lo es.

¿Cómo describirías tu estilo?

Estilo de abuela pija. En cuanto a las siluetas, tiendo a preferir las camisas y un buen pantalón de vestir. También me encanta un vestido llamativo. Las prendas individuales que llevo son las que suelen llevar las personas mayores. Pero me encantan los colores y los estampados, así que tiendo a expresarme mediante combinaciones de colores poco habituales y jugando con las siluetas.

¿Quién o qué son tus mayores influencias de estilo?

Me gustaba mucho Leonardo DiCaprio cuando era más joven. Me encanta Romeo + Julieta y el estilo de su personaje en esa película es algo a lo que vuelvo una y otra vez. Tiene un aire atemporal y específico al mismo tiempo, que es cómo describiría mi propio estilo. Me encanta la ropa vintage y de segunda mano, así que hay cierta nostalgia en mi forma de vestir.


También me inspiro en la naturaleza, porque el mundo natural tiene las mejores combinaciones de colores. A veces la gente me dice que nunca se les ocurriría combinar ciertos colores. Es un poco cursi, pero si miras un jardín, encuentras todos los colores que existen, emparejados de formas que no necesariamente esperarías, pero no miras una flor y dices: “creo que no debería ser morada”. Simplemente la aceptas. La naturaleza es una fuente inagotable de inspiración.



Portrait of Lydia Okello laughing.

¿Cómo ha evolucionado tu estilo a lo largo de los años?

Cuando empecé a escribir en el blog, me gustaba mucho la ropa de alta costura, vintage, de ama de casa de los años cincuenta. No me puse unos pantalones en unos tres años, sólo faldas y vestidos. En cuanto al color y el estampado, me he relajado un poco. Estoy segura de que mucha gente dirá: “¿Esto es relajado?”. Pero, para mí, lo es. Solía llevar muchos más estampados que chocaban entre sí, pero con el tiempo, mi estilo ha cambiado a medida que he ido saliendo del armario como queer y pansexual y me he ido dando cuenta de que soy una persona no binaria. No me importaba la comodidad cuando tenía veinte años. Quería los zapatos más altos y las minifaldas diminutas y con volantes. Si tenía que ir andando a algún sitio, simplemente lo hacía despacio. Desde entonces he dejado de lado todo eso. Ahora quiero zapatos cómodos, camisas fáciles de llevar, más facilidad. El momento que estamos viviendo también ha afectado a mis decisiones de estilo. No es cómodo estar sentada con pantalones ajustados durante ocho horas teletrabajando. Ahora siento menos presión por estar perfectamente arreglada, pero dudo que deje de lado mi amor por el color.

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¿Quiénes son algunos de los creativos que admiras?

Me encanta el trabajo de mi amiga Marielle Elizabeth. Trabaja en la moda lenta, específicamente para cuerpos gordos. Lo que más admiro es su consideración. Hace un gran trabajo expresando sus frustraciones y deseos en el sector, sin mimar a nadie, sin dar excusas a la gente ni decirles que todo está bien. Porque no está bien. Mucho de lo que ocurre en la moda no está bien. No tiene sentido que estas cosas se sigan repitiendo en 2021.


También admiro a una escritora llamada Zeba Blay, que antes era crítica de cine y ahora es más bien crítica cultural. Conecto con ella porque compartimos una historia de padres africanos estrictos y madurar como persona de primera generación. Su Instagram incluye imágenes tanto actuales como de archivo de personas negras haciendo cosas diferentes. A veces es arte, a veces es pelo negro. A veces es un idilio negro o gente negra siendo feliz. Puede parecer sencillo, pero sigue habiendo una gran falta de representación de la vida cotidiana de los negros en los medios de comunicación. Su trabajo conecta tanto con su experiencia personal como con la experiencia general.






Eres modelo, escritora, creadora de contenido y, en general, un icono de la moda... ¿Cuál es tu secreto? ¿Tienes un ritual diario que te ayude a mantener el equilibrio?

Me encantaría decirte que tengo un ritual, pero realmente no lo tengo. Este último año, he dedicado demasiado tiempo al trabajo. No tengo límites con eso, sobre todo porque durante un tiempo no íbamos a los compromisos sociales. Al teletrabajar, no tenía muchas excusas para salir. Hace poco conseguí un escritorio en un estudio compartido. Y creo que me va a venir muy bien tener un espacio concreto para el trabajo y la casa para el tiempo libre. Todavía no he conseguido el equilibrio, pero sigo trabajando en ello.

Photo taken inside Lydia Okello's home.Photo taken inside Lydia Okello's home.

Existes en la intersección de ser negra, específicamente ugandesa canadiense, queer, no binaria y gorda. ¿Cómo determina esta experiencia tu estilo y tu práctica creativa?

¿Cómo no la determina? Al principio, no pensaba tanto en mi identidad. Todavía estaba procesando lo que sentía sobre mi identidad, sobre ser negra. Al haberme criado en el oeste de Canadá, no encajo realmente en el estereotipo de lo que es la negritud, o al menos de lo que perciben los estadounidenses. Pero ser negro es lo que sea. A medida que iba aceptando mi identidad queer y no binaria, también iba descubriendo lo que significaban para mí mi negritud y mi cultura. Descubrir lo que me sienta bien y no jugar con lo que creía que los demás querían que fuera ha sido un viaje largo y continuo. Y no creo que termine nunca.


Muchos medios de comunicación de la moda abordan la representación tomando la “historia de las minorías” y canalizándola con el prisma de alguien sin esa experiencia vivida, especialmente con un prisma blanco. También hay mucha simbolización en los medios de comunicación de la moda. Dicen cosas como: “¡Vaya, estás gorda, qué bien!” pero no fabrican ninguna prenda en tallas grandes o un solo un estilo. O destacan a una persona negra durante el Mes de la historia negra, pero nunca ves a una persona negra en su página web durante el resto del año. Y lo mismo puede decirse del Mes del orgullo. Considero que este tipo de comportamiento tiene su origen en la falta de verdadera inclusión. Si no hay personas con estas identidades que trabajen en esos espacios, es difícil entender por qué es simbolización y no necesariamente aprecio.


Por eso, para mí es importante elevar las voces directamente, sin un narrador intermediario, para que la gente tenga la oportunidad de compartir su voz y sus talentos, así como aspectos de sus vidas que no tienen nada que ver con esas identidades. Eso es difícil de entender para muchos medios de comunicación. Es una experiencia humana Probablemente tienes más cosas en común con la gente de lo que piensas, porque las personas no pueden reducirse a un solo adjetivo.


¿Cómo incorporas la accesibilidad y la ética a tu trabajo?

Intento ser consciente de con quién trabajo. Una gran parte de lo que hago es investigar y promover marcas que hacen un buen trabajo. Hay muchas empresas pequeñas que fabrican tallas grandes, cosas por encargo o ropa de lotes pequeños. No son las únicas soluciones, pero seguro que son parte de la solución.


Como soy de talla grande, tiendo a pensar que si me queda bien la ropa de una marca, entonces están haciendo un buen trabajo, pero eso no es necesariamente cierto. Hay muchas personas más grandes que yo y les cuesta mucho más encontrar ropa que les guste. Así que encontrar marcas que vayan más allá ha sido uno de mis mayores objetivos últimamente. Si una marca con la que trabajo no ofrece las mismas opciones en toda su marca, pregunto cuál es su plan de tallas. No es lo único que puedo hacer, pero como tengo una posición privilegiada como alguien que trabaja con ellos, puedo expresar esas opiniones y darles los comentarios que otros comparten conmigo.


También es algo que puedes hacer como consumidor. Si eres una persona de talla normal y hay una marca que te gusta que no tenga tallas grandes, vale la pena enviarles un correo electrónico o un mensaje. No tiene que ser una gran llamada de atención, puedes decir: “Oye, me encanta vuestra ropa, pero tengo amigos a los que también les gusta y no pueden ponerse vuestras cosas”. Tienes cierto poder como consumidor. Creo que si más personas que no son de talla grande hablaran con las marcas, habría más presión para el cambio.





Hablando de accesibilidad, muchas opciones de sostenibilidad no son opciones para todo el mundo. ¿Cómo abordas esto en tu trabajo?

Una de las cosas que intento hacer es presentar opciones de distintos precios en lugar de decirle a la gente que tiene que gastar lo que sea para ser un comprador sostenible, porque, siendo realistas, nunca vas a convertirte en el consumidor perfecto. No puede ser, porque el sistema en el que operamos no es perfecto. Creo que es importante no hacer que la gente se sienta culpable por lo que elige, porque hay muchas razones por las que no puedes gastarte 300 dólares en un par de pantalones. ¡Y no pasa nada! Intento abordar las mejoras con amabilidad, no culpabilizando, porque sé que tiendo a culpabilizarme, y eso no cambia necesariamente mi comportamiento. Así que intento ponerme al nivel a la gente, porque la gente que se puso a mi nivel es cómo conseguí mejorar mi forma de comprar.

Portrait of Lydia Okello.Portrait of Lydia Okello.

Estás orgullosa de identificarte como gorda. ¿Por qué es importante usar esa palabra?

No siempre he estado orgullosa de estar gorda. En los últimos cinco o siete años, he aprendido más sobre la positividad corporal, la neutralidad corporal y por qué “gorda” no es una palabra negativa, al menos para mí y para otras personas gordo-positivas. “Gorda” es simplemente un calificativo, al igual que “delgada”, “bajita”; “gorda” y “musculosa” son calificativos del ser físico. Todos vivimos en una sociedad gordofóbica y todos experimentamos la mentalidad de que ser gordo es incorrecto, malo o poco saludable. Yo no estoy de acuerdo con eso. Mirando los resultados científicos, en realidad no es el hecho de estar gordo lo que hace que la mayoría de la gente no sea saludable. Es la gordofobia dentro de la medicina lo que contribuye a los resultados negativos para la salud a largo plazo. Me identifico como gorda y hablo con orgullo de ello, porque no es algo negativo, y quiero que más gente se dé cuenta de ello.


Llegar a esa conclusión me dio mucho poder, lo que no quiere decir que todos los que se parecen a mí o tienen mi tamaño tengan que sentirse exactamente igual. Pero esta toma de conciencia cambió mi perspectiva sobre lo que podía hacer y lo que podía ser, porque durante mucho tiempo me imaginaba la vida cuando no estaba gorda, cuando tenía la talla que me parecía aceptable. Y eso me impidió vivir muchas experiencias. Era emocionalmente agotador y consumía mis pensamientos internos casi constantemente.



Has mencionado los movimientos de positividad corporal y de neutralidad corporal. Obviamente, se ha hablado mucho del primero en los últimos años. ¿Puedes hablarnos más de la neutralidad corporal y de lo que significa para ti?

Es más bien un enfoque en el que simplemente ves tu cuerpo, y tu relación con él, por lo que es. Creo que mucha gente ve la positividad corporal como si siempre sentirse positiva con respecto al propio aspecto. Con la neutralidad corporal, no hay una expectativa de que te encante siempre tu cuerpo, pero tampoco hay una expectativa de que no. Para mí, es más realista, porque no creo que llegue nunca a un punto en el que me sienta genial todos los días. Abordando mi cuerpo de una forma más neutral, los días en los que me siento deprimida o frustrada, puedo simplemente sentir lo que siento. En general, tengo una visión más positiva de mi cuerpo físico al pensar en él de una forma más neutral.


No me había dado cuenta de la cantidad de mensajes que había interiorizado en torno a las personas gordas y de los estereotipos negativos que proyectaba tanto sobre ellas como sobre mí misma. He ido desaprendiendo todo eso y aceptando que tu cuerpo es tu cuerpo. Puedes sentirte muy bien con él, puedes sentirte no tan bien con él, pero es donde vas a estar, así que tienes que encontrar formas de ser feliz mientras te mueves por el mundo. Muchas industrias sacan provecho de que te sientas infeliz con tu cuerpo. La aceptación es un acto revolucionario .



Photo Credit: Rebecca Benoit


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